Hay tristezas que no podemos cambiar, ni mucho menos dejar de sentir. Otras que se deben ir por que hacen demasiado daño. Algunas que no sabemos que existen y que estan ahi...latentes...a la espera... Esa tristeza que vemos reflejada en los ojos, pero no en el rostro, y que consumen la poca fuerza interior que puede quedar.
Y estan mis tristezas destinadas a un mundo vacio, vacio de realidad, de vida...simplemente un vacio de sensaciones. Donde no puedo esconder nada de nada y a la vez gritar sin ser alguna vez escuchada, o tal vez sin querer ser escuchada.
Mis tristezas, de a poco se van esclareciendo.
Ya no estan sumidas en un abismo tenebroso y completamente oscuro... En ese baúl lleno de telarañas y suciedad, que se abria todas las noches simplemente para recordarmelas... Por suerte o por esas extrañas cosas de la vida, están saliendo, aclarandose...
No creo que algun dia se llegaran a ir todas, hay algunas q no quisieran que se fueran...simplemente por que ya son parte de mi y dejarlas ir, sería dejar ir un pedazo de mi...
UN pedazo con el que he aprendido a vivir, a coexistir. Es quien soy. Es mi ser.
Pero ya se estaba tomando posesión de todo mi ser, convirtiendome en alquien que no soy, en un ser...mejor no hablar de eso.
Mis tristezas son parte de mi ser, de mi vida, de mi mente, hay cosas que no puedo cambiar y hay otras que si y eso estoy aprendiendo....
A dejar salir mis tristezas, mi vida en si...
